Fisioterapia y Psicomotricidad
en Geriatría
El problema sociosanitario que se plantea en Europa en el siglo XXI, es
el progresivo envejecimiento de la población y sus enfermedades asociadas. Este
incremento de la población anciana conlleva un espectacular aumento de la
demencia senil, enfermedad que algunos autores incluyen dentro del
envejecimiento funcional, mientras que otros la engloban como si de una
patología se tratase. Al hablar de envejecimiento, hay que hacer, así pues, una
distinción entre lo que es el envejecimiento fisiológico y patológico.
El envejecimiento fisiológico se considera como la suma de alteraciones irreversibles experimentadas por las personas como consecuencia única y exclusiva del transcurso del tiempo, lo cual ocasiona una disminución general y progresiva de la capacidad funcional del organismo. Es decir, el paso de los años se acompaña, en ausencia de toda influencia patológica, de la aparición de determinadas alteraciones de las funciones de los órganos.
El envejecimiento fisiológico se considera como la suma de alteraciones irreversibles experimentadas por las personas como consecuencia única y exclusiva del transcurso del tiempo, lo cual ocasiona una disminución general y progresiva de la capacidad funcional del organismo. Es decir, el paso de los años se acompaña, en ausencia de toda influencia patológica, de la aparición de determinadas alteraciones de las funciones de los órganos.
En
contraposición, el envejecimiento patológico se da cuando la presencia de
enfermedad altera los mencionados parámetros y la capacidad de relación con el
medio. Multiplicidad y cronicidad son los términos que mejor definen los
procesos patológicos que padecen las personas mayores. En cuanto a las
enfermedades de la vejez, he de mencionar que éstas adquieren unas
características peculiares y sus cuadros clínicos difieren de los de la
juventud.
Por otra
parte, las Instituciones públicas y privadas, han tomado conciencia del
incremento de la población anciana al que hacía referencia y, en los últimos
años, han dedicado una parte de sus presupuestos para programas de educación
física adaptados a la tercera edad, con los beneficios que ello supone para la
salud y la calidad de vida de nuestros mayores. Sin embargo, la educación
física debe ir de la mano de la psicomotricidad y del juego terapéutico para
lograr una mejor adaptación del anciano al mundo que le rodea. La educación
física, por sí sola, no es suficiente. Y es, precisamente, a través del
movimiento como el ser humano se relaciona con el
mundo que lo rodea.
Psicomotricidad
es el desarrollo físico, psíquico e intelectual que se produce en el sujeto a
través del movimiento. Cualquier sesión de psicomotricidad debe estar dirigida
por un profesional formado en la materia y somos precisamente los
fisioterapeutas (entre otros profesionales sanitarios como son los terapeutas
ocupacionales) quienes podemos y debemos llevar a cabo este trabajo que demanda
nuestra sociedad actual. A través de la fisioterapia, podemos crear los
instrumentos y los ejercicios necesarios para que la actividad motriz del
individuo se normalice y de este modo, pueda interactuar mejor con el medio.
Entre todos los beneficios que podemos obtener gracias a la psicomotricidad,
caben destacar:
·
Promoción de
la salud,
·
Incremento de
la confianza y la seguridad,
·
Mejora de las
relaciones sociales,
·
Integración
del esquema corporal,
·
Optimizar la
capacidad funcional,
·
Autonomía del
paciente.etc.
LA PSICOMOTRICIDAD
La
psicomotricidad es la relación mutua entre la función motriz y la capacidad
psíquica que engloba el componente socioafectivo (donde están las relaciones
que establece el individuo, comportamientos y sentimientos) y el componente
cognitivo (que hace referencia a las capacidades y aptitudes del individuo).
Podemos
decir, por lo tanto, que el movimiento no se reduce a una actividad mecánica,
sino que está influido e influye en la función psíquica del individuo.
El movimiento
es el medio a través del cual el individuo se pone en relación con lo que le
rodea; de este modo se puede entender que la psicomotricidad modifica y mejora
las relaciones interpersonales.
Algunos de
los objetivos de la actuación psicomotriz son:
- Favorecer el desarrollo motor del individuo y optimizar la independencia funcional y la calidad de vida del paciente, como objetivo general
- Lograr la integración
del esquema corporal : conocer y tener conciencia de nuestro cuerpo tanto
en movimiento como en estático, a lo largo de toda la vida y en un momento
dado.
- Dominar el equilibrio
- Controlar las
coordinaciones globales y segmentarias
- Controlar la
inhibición voluntaria (el individuo debe ser capaz de quedarse quieto)
- Trabajar la relajación
para aliviar las tensiones que se producen en nuestro cuerpo
- Controlar la respiración
- Adquirir la adecuada
estructura espacial y temporal
- Aumentar el bienestar
emocional. Vivenciar la alegría.
- Mejorar las relaciones
sociales. Experimentar el movimiento conjuntamente.
- Mejorar las
posibilidades de adaptación al mundo exterior. Este objetivo último es muy
importante.
Desde la
psicomotricidad, entendemos el movimiento como fuente de salud física, medio de
estimulación sensorial y organizador de las capacidades mentales y medio de
comunicación y de relación con los demás.
Los
componentes básicos de la terapia psicomotriz y, por lo tanto, los aspectos a
trabajar son los siguientes:
- Esquema corporal. Conciencia corporal.
Propiocepción.
Trabajar el
esquema corporal implica diferenciar las distintas partes del cuerpo y realizar
un adecuado control postural.
Control
Postural: tener conciencia de nuestro cuerpo en estático, corregir las
alteraciones posturales para evitar la aparición de rigideces. Control del tono
muscular.
Tener
conciencia de nuestro cuerpo en movimiento. Experimentar el movimiento.
- Equilibrio: trabajamos
el equilibrio estático y el dinámico
- Lateralidad:
diferenciación de los dos lados del cuerpo a través de ejercicios de
señalización y orden.
- Coordinación: dinámica general, óculo-manual,
óculo-podal, espaciotemporal.
- Organización témporo-espacial
- Estructuración temporal y rítmica
- Relajación
- Trabajo de las
praxias: ideomotora, ideatoria, constructiva.
- Actividades de
comunicación y pensamiento abstracto.
Todos estos
aspectos que conforman la psicomoticidad se pueden trabajar a través de la
fisioterapia, utilizando el movimiento como medio físico del tratamiento.
- SESION DE PSICOMOTRICIDAD
Para preparar
una sesión de psicomotricidad, lo primero y más importante es realizar una
valoración psicomotriz a cada usuario por separado. De este modo, podemos
incluir a los usuarios en un grupo o en otro, según sus capacidades. Para
garantizar la efectividad y el correcto funcionamiento de las sesiones
psicomotrices, es necesaria esta primera evaluación. Si proponemos los
ejercicios adecuados a las capacidades de los usuarios, incrementaremos su
confianza, su seguridad y su bienestar emocional y, por lo tanto, el paciente
geriátrico se sentirá capaz, satisfecho, optimista, colaborador y se esforzará
en mejorar.
En función de
las necesidades de cada grupo, se establecen los parámetros de duración,
frecuencia, número de usuarios incluidos en cada grupo, etc.
Las sesiones
hay que observar, los pacientes tienen cierto grado de dependencia, la duración
más o menos entre los 50 minutos y la hora, aproximadamente, puesto que si
estas terapias se prolongan más, el anciano pierde la concentración y se
dispersa.
Es
interesante también habilitar un espacio adecuado para llevar a la práctica las
sesiones. Ha de ser, preferiblemente, un espacio amplio con luminosidad
natural, con una temperatura agradable que permita trabajar sin acalorarse y un
mobiliario cómodo y funcional. Durante la temporada estival, se puede buscar un
espacio abierto que nos ponga en contacto con la naturaleza para sentir y
percibir todos esos sonidos, olores y paisajes naturales.
Los usuarios
han de vestir ropa cómoda, amplia y floja para que permita los movimientos.
El material
complementario que usamos en algunas sesiones y que incentiva la espontaneidad,
es el siguiente: picas, balones, aros, pompones, globos, pañuelos, doble
macillo, paracaídas, etc.
Una vez que
hemos realizado la clasificación en grupos a la que hacía referencia, podemos
comenzar a elaborar el programa de actividades que vamos a desarrollar con los
pacientes. Estos ejercicios tienen que resultar interesantes, muy prácticos,
variados, divertidos, creativos y, lo que es más importante, beneficiosos para
la salud física y psíquica del paciente.
Como buenos
monitores que somos, debemos adaptar nuestro vocabulario a los pacientes, al
igual que el tono y el volumen de nuestra voz. Daremos órdenes sencillas
hablando despacio y claro. Acompañaremos el habla de gestos corporales.
Tendremos muy en cuenta los periodos de descanso para trabajar siempre por
debajo del máximo nivel. Hay que tener cuidado con los sobreesfuerzos. La colocación
de los pacientes también se ha estudiado con anterioridad, no es casual, sino
que busca igualar las posibilidades de todos. El fisioterapeuta, como monitor,
tiene una función muy importante. De él depende que la sesión resulte más o
menos agradable y esté al alcance de todos los miembros del grupo para que
nadie se sienta inferior. Hay que tener un trato correcto con nuestros mayores
y tenerles muy en cuenta para que se sientan partícipes del grupo.
En el ejemplo
de sesión que propongo, vamos a trabajar el esquema corporal, la propiocepción,
la respiración, la coordinación y el ritmo, entre otros.
- Utilizaremos picas de
distintos colores. Pediremos a los pacientes que se fijen bien en el color
de la pica que les ha tocado y comenzaremos realizando flexión de hombro.
Para ello, pediremos que coloquen las manos con las palmas hacia abajo,
separadas el ancho de los hombros. Los codos han de estar bien estirados e
iremos moviendo los brazos hacia la flexión máxima. Les pedimos que se
imaginen que esa pica de plástico está lastrada y que tiene que levantar
un peso considerable. El movimiento de bajada lo haremos muy lentamente.
Utilizamos las palabras “despacio”, “lentamente” y “con suavidad” como
consignas. Les pedimos que sientan, que perciban lo que sucede en su
cuerpo mientras tiene lugar el movimiento de flexión. Se tienen que
concentrar en la parte alta de la columna vertebral para que lleguen a ser
conscientes de cómo la columna, en su parte dorsal alta, se rectifica.
- Dividimos la clase en
dos mitades; por ejemplo, mitad derecha y mitad izquierda. Mientras que la
primera mitad realiza una repetición del movimiento de flexión de hombro
anterior, la segunda mitad observa y se sucede el movimiento de flexión,
alternando uno y otro grupo.
- A continuación, cambiamos
el agarre y colocamos las palmas de las manos hacia arriba, separadas otra
vez el ancho de los hombros y realizamos flexo-extensiones de codo.
Solicitamos al grupo que sienta el movimiento y que imagine que la pesa
está lastrada. El movimiento ha de ser suave y continuado, respetando los
tiempos de descanso entre una y otra repetición.
- Ahora trabajaremos el
movimiento de la desviación cubital y radial de las muñecas por separado.
Primero nos centraremos en la muñeca derecha y cogeremos la pica con la palma
de la mano de tal manera que el pulgar mire hacia adelante. Dejaremos el
codo con flexión de 90º pegado al tronco y moveremos rítmicamente la
muñeca alternando la desviación radial y cubital. Repetimos la operación con
la mano izquierda.
- Ya hemos acabado el
trabajo de hoy con las picas; en este momento trabajamos sin material
complementario. Dejamos los brazos pegados al tronco, con los codos en
flexión de 90º y entrelazamos los dedos de las manos. Ahora tiene lugar el
movimiento de flexión y extensión de las muñecas. El paciente ha de
fijarse en que, mientras que una muñeca se encuentra en flexión dorsal, la
otra lo está en flexión palmar y viceversa. Estamos trabajando la
flexibilización articular a la vez que realizamos estiramientos.
- Es el momento de
recordar los colores de la pica. Cuando nombremos un color, las personas
que hayan utilizado una pica de ese color tienen que apretar fuertemente
los puños a la vez y relajarlos. Han de comparar la sensación de tensión
muscular (cuando aprietan los puños), con la de flojedad y pesadez (cuando
los relajan). Este tipo de ejercicios los utilizamos en las sesiones de
relajación de tipo Jacobson que se basan en tomar conciencia de la
diferencia de sensación entre la contracción muscular y la disminución de
esa tensión (como se aflojan, se ablandan y se sueltan esos músculos que
hace un instante estaban en tensión máxima). En este ejemplo de sesión, no
he desarrollado un programa de relajación. Sin embargo, indirectamente,
cuando pedimos a nuestro paciente que se concentre en sentir su propio
cuerpo, vamos a conseguir que esta persona se sumerja en un sentimiento de
tranquilidad y relajación.
- Colocamos los dedos de
las manos en las clavículas y realizamos movimientos circulares con los
codos. Ponemos atención en sentir el dibujo que nuestros codos describen
en el espacio. Nos fijamos en el tamaño de los círculos. Aprovechamos este
ejercicio para coordinar el movimiento con la respiración. Trataremos de
realizar ventilaciones a través del diafragma. Los círculos se trazan de
delante hacia atrás. Cuando los codos se dirijan hacia delante,
realizaremos una espiración; mientras que al dirigir nuestros codos hacia
atrás, cogeremos aire para llenar nuestros pulmones. Dejamos tiempo de
descanso entre una respiración y otra para no hiperventilar.
- Continuamos nuestra
sesión con el trabajo de los miembros inferiores. En la posición de
sedestación, pisaremos fuertemente el suelo con la punta de los pies.
Pedimos a los pacientes que sientan esa contracción muscular. Podemos
asignar a este ejercicio el número 1 para que, posteriormente, sean
capaces de recordar y realizar correctamente este ejercicio al nombrar
este número.
- Con la ayuda de unos
globos, vamos a masajear la planta de los pies. A través del masaje desarrollamos
la sensibilidad corporal además de reequilibrar el tono muscular y activar
la circulación sanguínea. Nos descalzamos para sentir ese suave y
delicado masaje.
- Partiendo otra vez
desde la posición de sedestación, realizaremos un ejercicio de cuádriceps
activo muy sencillo. Consiste en realizar una extensión activa de la
rodilla. El movimiento ha de ser muy lento. Primero realizaremos una serie
con una pierna, y luego otra serie de repeticiones con la pierna
contraria. A
este ejercicio le asignaremos el número 2.
- A continuación,
solicitamos a nuestros pacientes que pasen de la posición de sedestación a
la de bipedestación. Hemos de supervisar la ejecución de este ejercicio
para evitar desequilibrios posteriores, muy comunes en este grupo de
prácticas, y corregir posibles fallos. Le asignamos el número 3.
- Cambiamos por completo
de actividad y pasamos a trabajar el ritmo con palmadas. Para ello
dividiremos la clase en dos mitades. La primera mitad se encarga de
repetir el siguiente ritmo que propongo: cinco palmadas ágiles, sin
descanso y más bien rápidas IIIII. Lo ensayamos varias veces y , una vez
bien aprendido, enseñamos a la segunda mitad un ritmo diferente. Este
ritmo consta de dos bloques iguales. Cada bloque se compone de dos
palmadas ágiles. Entre la realización del primer y segundo bloque dejamos un
tiempo de descanso, de tal modo que nuestro ritmo queda así: II II
Ahora ya
podemos intercalar los ritmos, con una batuta marcamos la entrada de uno y otro
grupo. Se les pide a los pacientes que reconozcan la sinfonía que estamos
representando y que es el Vals del Lago de los Cisnes. Reproducimos en una
minicadena este vals para que lo identifiquen y aprovechamos para repasar el
ritmo anterior acompañado de la música. Podemos intercambiar los papeles de uno
y otro grupo. La música bien elegida, ya sea en su vertiente relajante o
estimulante, es de gran ayuda para el trabajo de muchos aspectos psicomotrices
( para el ritmo, la coordinación dinámica general, la relajación, la
orientación espacial, para el trabajo de expresión corporal, etc.)
Dado que este
vals es de larga duración, aprovechamos esta música para pedir a los pacientes
que se expresen corporalmente y les dejamos libertad de movimientos. De este
modo finalizaremos esta sesión, y para la próxima sesión trataremos de que se
acuerden de los ejercicios que hemos asociado a los números 1, 2 y 3.
- EL JUEGO COMO RECURSO
TERAPÉUTICO.
El juego es
una herramienta muy importante en psicomotricidad y su objetivo no es otro que
conseguir la interacción del hombre con el mundo que lo rodea. Escogeremos los
juegos según las características de cada paciente y del grupo en su conjunto y
modificaremos estos juegos para que no les resulten demasiado infantiles (
logrando así la integración del paciente adulto en el juego). En nuestro caso,
propondremos juegos que desarrollen la condición física del paciente y la
actividad sensorial. Para que el juego resulte exitoso en el tratamiento del
paciente, hay que tener en cuenta que éste debe poner toda su voluntad en su
desempeño. A continuación expongo dos ejemplos del juego utilizados como
recurso terapéutico.
JUEGO 1º : ¡
A CLASIFICAR!
Objetivo:
Coordinación óculo-manual y potenciación de la musculatura de las extremidades
superiores.
Material:
Mesas a la altura adecuada del anciano, botellas, vasos, platos, cubiertos...
Desarrollo:
Este juego consiste en clasificar los objetos en función del color, del tipo de
objeto, del material, del tamaño... en los diferentes compartimentos
proporcionados.
JUEGO 2º: ¡
ESPEJITO, ESPEJITO!
0bjetivo:
Esquema corporal y movimiento creativo.
Material: No
es necesario ninguno.
Desarrollo: Los pacientes se colocan por parejas,
situándose uno frente al otro. Uno de ellos es el espejo del otro; es decir, es
la imagen que se refleja. El primero va realizando los gestos que se le
ocurran, su compañero le imita representando la imagen reflejada. A
continuación se invierten los papeles. Imaginamos que nuestro compañero imita a
un camarero llevando la bandeja.
Ejercício para Idosos con profesional capacitado
BIBLIOGRAFÍA:
- BENITO VALLEJO,
Joaquín. “Cuerpo, mente, comunicación”. Salamanca: Amarú, D.L. 2.005.
- Carroggio Rubí, Mª del
Carmen. Pont Geis, Pilar. “Movimiento creativo con personas
mayores”. Badalona:
Paidotribo, D.L.2.006.
- GARCIA NUÑEZ, Juan Antonio. “Juego y psicomotricidad”. Madrid: CEPE.